martes, 19 de julio de 2011

Amartya sen

Las razones de la distinción como Nobel de Economía 1998
Después de estudiar varias catástrofes en la India, Bangladesh y el Sahara desde los años cuarenta, Sen descubrió que las hambrunas se han producido incluso cuando la provisión de alimentos no era diferente de años anteriores y que, en algunas áreas afectadas por el hambre, se habían exportado alimentos.
Para Sen, concurren en el fenómeno factores sociales y económicos que afectan a los diferentes grupos de la sociedad, y que influyen sobre la elección de oportunidades.
Comprobó que la hambruna de Bangladesh en 1974 se debía en parte a que las inundaciones de ese año habían hecho subir los precios de alimentos, al tiempo que los obreros agrícolas carecían de trabajo, con el consiguiente descenso de su poder adquisitivo.
Amartya Sen completó la labor previa de Serge Kolm y Anthony Atkinson en la búsqueda de índices para medir los grados de ingresos y, con ello, el nivel de pobreza y otros indicadores del bienestar. El consiguió esclarecer la relación entre la llamada curva de Lorentz, que mide la desigualdad en ingresos, y la distribución de diferentes activos por parte de la  sociedad.
Una norma habitual para medir el bienestar de una sociedad es el porcentaje de sus habitantes que se encuentra por debajo de lo que se califica de antemano índice de pobreza, pero esta teoría ignoraba los diversos grados de pobreza entre los menos favorecidos.
Para solucionar esta deficiencia, Sen elaboró un índice para medir la pobreza, teniendo en cuenta el bienestar de los individuos, que ha sido utilizado desde entonces por muchos investigadores.
Uno de los problemas que se encuentran al comparar el bienestar de diferentes sociedades es que los indicadores habituales, como los ingresos per capita, solo  tienen en cuenta la ''situación media'' de la población.
Amartya Sen ha señalado que los principios éticos bien fundados suponen la igualdad entre los individuos, pero como la habilidad para aprovechar la igualdad de oportunidades varía con cada persona, el problema de la distribución de bienestar nunca podrá resolverse del todo.
Escritos posteriores de Sen abren el debate de cómo evitar las hambrunas y limitar sus efectos cuando se han producido.
Aunque muchos críticos han cuestionado la validez de algunos de los resultados empíricos de Pobreza y Hambrunas, el libro constituye una indudable contribución clave a la economía de desarrollo.

Habla y pensamiento.

Abreviando su concepción, creemos que las relaciones que Vigotsky postula entre lenguaje (o mejor, habla) y pensamiento se apoyan en dos postulados básicos. El primero, basándose en la obra de Marx y Engels, explicita que la interacción entre dos procesos naturales produce una función psicológica superior. El segundo, retomando las ideas de Pierre Janet, afirma que el contenido de la conciencia humana consiste en relaciones interpersonales interiorizadas.
Marx y Engels consideran que la práctica es una de las fuentes del conocimiento humano. En el proceso de transformación de la naturaleza, las personas empleamos herramientas dirigidas hacia los objetos, con el fin de modificarlos. Ahora bien, el resultado de esta actividad no es únicamente la transformación del objeto, sino también la obtención de un plus: el conocimiento de alguna de las propiedades del objeto. No obstante, los humanos no sólo empleamos herramientas dirigidas hacia los objetos; por el contrario, usamos un sin fin de artificios que tiene como objetivo el control y planificación de la conducta individual. Así, nos cambiamos un anillo de dedo o hacemos un nudo en el pañuelo para amplificar nuestra memoria.
Por tanto, se la interacción material produce conocimiento, tal y como señala Marx y Engels, por qué no considerar que la interacción entre dos procesos naturales produce una función psicológica superior... Este es el punto de vista de Vigotsky. En relación al ejemplo propuesto, nuestro autor afirma que "el vínculo intermedio (nudo en el pañuelo) no es simplemente un método para aumentar la operación ya existente, ni un mero vínculo adicional en una cadena estímulo-respuesta (S-R). Debido a que este estímulo auxiliar posee la función específica de invertir la acción, puede transferir la operación psicológica a formas superiores y cualitativamente nuevas y permite a los seres humanos, mediante la ayuda de estímulos extrínsecos, el control de su conducta desde fuera. El uso de los signos conduce a los individuos a una estructura específica de conducta que surge del desarrollo biológico y crea nuevas formas de un proceso psicológico culturalmente establecido" (Vigotsky,1979; p. 70).
El lenguaje y los intercambios.
El estudio, propuesto por Vigotsky, de las relaciones entre pensamiento y lenguaje se inscribe en este marco de referencia. Sus tesis se resumen en su concepción del pensamiento verbal, visto como una totalidad compleja, sometida a leyes propias y cualitativamente distinta tanto del pensamiento como del habla (o lenguaje).
Vigotsky, obsesionado por encontrar unidades de análisis de los procesos psicológicos que retuvieran en forma simple las propiedades del conjunto, utiliza el significado de la palabra como unidad del pensamiento verbal. Esta elección se apoya en su concepción sobre el lenguaje. Al igual que Sapir, Vigotsky considera que el lenguaje humano se ha construido para regular y controlar los intercambios comunicativos, pero, a diferencia de otros sistemas comunicativos, el material que emplea para cumplir sus objetivos es simbólico, implicando, por tanto, un nivel de generalización o de reflejo de la realidad. Así, función comunicativa y función representativa del lenguaje se entrelazan, de forma que el habla, para poder cumplir su función original (la comunicación), debe obligatoriamente comportar un nivel de generalización de la realidad y, consecuentemente, representarla. Si no fuera así, la comunicación mediante el lenguaje sería imposible al no compartir los miembros de una determinada comunidad lingüística los mismos referentes en su habla. Por eso, el significado de la palabra conserva las características del pensamiento verbal, al ser tanto un fenómeno del lenguaje como del pensamiento. "Una palabra sin significado es un sonido vacío; el significado es, por tanto, un criterio de la palabra y su componente indispensable... Pero, desde el punto de vista de la psicología, el significado de cada palabra es una generalización o un concepto... Sin embargo, esto no implica que el significado permanezca formalmente a dos esferas diferentes de la vida psíquica. El significado de la palabra es un fenómeno del pensamiento mientras éste esté encarnado en el lenguaje, y del habla sólo en tanto esté relacionado con el pensamiento o iluminado por él. Es un fenómeno del pensamiento verbal, o del lenguaje significativo, una unión de palabra y pensamiento" (Vigotsky, 1973; pp. 160-161).

Habla interna y habla externa.
A estas ideas se añade una nueva: la formación genética del pensamiento verbal, Vigotsky considera que pensamiento y lenguaje presentan raíces ontogenéticamente distintas. Ambos se originan en la transacción, pero el primero es un producto de la interacción material, de la interacción con los objetos, mientras que el lenguaje es un producto de la interacción social, de la interacción con el otro. El pensamiento verbal parece, justamente, como la intersección entre ambas líneas de desarrollo. El significado de la palabra evoluciona en manos del niño a medida que va dominando el lenguaje y, en consecuencia, se modifica su modo de generalizar la realidad, así como la relación entre pensamiento y habla.
Vigotsky cree que el pensamiento no se expresa simplemente en palabras, sino que existe a través de ellas. Este planteamiento implica el estudio de los diferentes planos que van desde el lenguaje externo hasta el motivo que sugiere un pensamiento. De lo externo a lo interno, Vigotsky distingue en primer lugar un plano semántico, correspondiente al aspecto interno del habla. Inicialmente, los niños y las niñas hacen corresponder el aspecto interno del habla con su aspecto externo, pero poco a poco, gracias a compatir la misma referencia objetiva en contextos de integración con los adultos, los diferencia, permitiendo al pensamiento verbal elevarse de las generalizaciones primitivas a los conceptos más abstractos. El siguiente plano es el lenguaje interiorizado o habla interna. Vigotsky considera a éste como una formación específica que se rige por unas leyes propias.
Vigotsky hipotetiza que el lenguaje privado o egocéntrico precede en el tiempo al lenguaje interior, siendo su naturaleza y estructura semejantes. Dado que el lenguaje egocéntrico tiene una forma externa, su estudio aporta a Vigotsky los datos necesarios para conocer el lenguaje interior. En primer lugar, Vigotsky postula que el lenguaje egocéntrico y el lenguaje interior cumple la misma función. En sus palabras, "el lenguaje egocéntrico sirve de ayuda a la orientación mental y a la comprensión consciente; ayuda a superar dificultades; es el lenguaje para uno mismo, relacionado íntima y últimamente con el pensamiento del niño... El lenguaje egocéntrico se desarrolla a lo largo de una curva que se eleva, y no a lo largo de una que declina; está sujeto a una evolución, no a una involución" (Vigotsky, 1973; p. 175).
Para Vigotsky, el lenguaje egocéntrico es una forma de transición entre el lenguaje social y el lenguaje para uno mismo, de forma que el niño lo emplea con una función autorreguladora en contextos potencialmente comunicativos. Sus características son éstas: naturaleza predicativa, condensación de elementos, y predominio del significado. Estos tres apartados sintetizan la naturaleza del habla interior. Vigotsky considera que la función del habla interna es la inversa del habla externa. Mientras que esta última es habla para los demás, el habla interior es habla para uno mismo, funcionando ambas según las reglas del diálogo, pero, a diferencia del habla externa, el habla interna no debe explicitar el tema ya que está compartida en la acción y en la conciencia del propio sujeto. Por tanto, el habla interior está constituida por comentarios (o predicados) sobre algo que ya se conoce, que ya está dado. A su vez, está cargada de significados, los cuales están dominados por el contexto de actuación del sujeto, y se eliminan gran parte de elementos, de forma que podemos obtener una "comunicación prácticamente silenciosa de los pensamientos más complicados" (Vigotsky, 1973; p. 188).

Palabra y pensamiento.
El último plano de pensamiento verbal es el propio pensamiento. Su fluir no es idéntico, ni se corresponde con un despliegue simultáneo del lenguaje, al no estar formado como éste por unidades. Empleando el símil de Vigostsky, podemos decir que el pensamiento se puede comparar a una nube que arroja una lluvia de palabras. Por último, Vigotsky señala que detrás de cada pensamiento existe una tendencia afectivo-volitiva (una motivación) que es la que lo origina.
Tal y como hemos visto, las relaciones entre pensamiento y lenguaje, según Vigotsky, son profundamente complejas. "Un pensamiento nace a través de las palabras. Una palabra sin pensamiento es una cosa muerta, y un pensamiento desprovisto de palabras permanece en la sombra. La conexión entre ellos sin embargo no es constante. Surge en el curso del desarrollo y evoluciona por sí misma" (Vigotsky, 1973; p. 196).
Entre pensamiento y habla existen distintas mediaciones, siendo decisiva el habla interna que tiene su origen en la diferenciación entre el lenguaje para uno mismo y el lenguaje para los otros, de forma que participa tanto de la fase en que un pensamiento se encarna en un significado como de aquella en que es transmitido a nuevos significados que pueden combinarse sintácticamente.
Tal y como uno de nosotros ha propuesto, entendemos que el pensamiento de Vigotsky se podría resumir de la siguiente forma: "El pensamiento surge a través de algún conflicto del sujeto originado en su actividad precedente, de forma que su resolución comporta revelar de la situación aquello que es nuevo. La focalización del sujeto sobre lo nuevo deviene en un acto de significación de dicho aspecto de la situación, es decir, lo nuevo adquiere una significación y, consecuentemente, puede ser nombrado. La palabra que encarna dicha significación media entre el pensamiento y la aparición del habla interiorizada. Ésta, entendida como un diálogo idiosincrático con uno mismo, resuelve un nuevo conflicto: el que surge entre la comparación entre el significado invocado en la palabra interiorizada (sentido) y su significación objetiva... Así, lo nuevo una vez "nombrado" pasa a ser viejo, a estar ya dado para el sujeto y, por tanto, es susceptible de nuevas diferenciaciones. El sentido, visto como un significado "deformado", se libera de sus constricciones contextuales, al descubrir el sujeto nuevas estructuras y combinaciones de significados. A su vez, éstas combinaciones alteran los significados estáticos, permitiéndoles expresar el pensamiento vivo. El resultado es que el contenido acumulado en la palabra que invocaba lo nuevo se despliega a numerosos predicados que gravitan en torno a ella. De esta forma se objetiviza el significado permitiendo el sujeto operar en el plano de la estructura semántica del lenguaje" (Vila, 1985; p. 16). Desde el punto de vista genético, esta mediación del habla interior es realizada inicialmente por el lenguaje egocéntrico o habla privada.
Desgraciadamente, la muerte prematura de Vigotsky cortó de raíz el desarrollo de estas formulaciones. Sin embargo, como señalábamos al inicio del artículo, su obra se ha convertido en la actualidad en un marco de referencia básico para estudiar y comprender la formación y el funcionamiento de los procesos psicológicos superiores. En breve, estamos seguros, nuevas aportaciones ampliarán y matizarán las ideas vigotskianas.


El lenguaje -¿Qué pasa a nivel neurofisiológico?

En el lenguaje actúan tal como podemos ver en el gráfico 1 toda una serie de componentes neurofisiológicos que permiten la descodificación y elaboración del mismo. Entre los principales, a grandes rasgos, podemos destacar:
- el sentido de la audición que permite escuchar lo que se nos dice.
- el cerebro y la corteza cerebral que permiten por una parte decodificar lo oído y mandar órdenes a los órganos fonatorios para producir el lenguaje.
- órganos fonatorios que son los que permiten la producción sonora del lenguaje: es decir el habla.
componentes neurofisiologicos del lenguaje
Gráfico 1: Componentes neurofisiológicos del lenguaje.
La emisión de sonidos requiere, al espirar, de una vibración particular de las cuerdas vocales acompañada de una ubicación adecuada de las diferentes piezas del aparato bucofaríngeo. Como es de imaginar estos músculos y cavidades son controladas a nivel cerebral, a través de los nervios que provienen del encéfalo.
La orden motriz parte, por lo tanto, del córtex cerebral a nivel del área motriz primaria (ÁREA DE BROCA). Una vez dada la orden, el sonido emitido por las cuerdas vocales tras la exhalación del aire se caracteriza por la intensidad, el timbre y la altura. Boca y faringe actúan de cajas de resonancia y permiten la formación de los fonemas. Esto sería lo que formaría lo que conocemos por LENGUAJE EXPRESIVO, es decir la producción del lenguaje o el habla. La conducta de expresión oral es constantemente reajustada en función de informaciones auditivas (Rondal & Sheron, 1991; Sataloff, 1993; Love & Webb, 1994).
En cuanto al LENGUAJE RECEPTIVO se refiere a como captamos y comprendemos la señal hablada. El habla como hemos podido comprobar anteriormente consiste en una vibración del aire ambiental. Este produce una movilización del tímpano (oído) que al provocar la movilización de los huesecillos del oído medio, transforma el mensaje al oído interno e inducen en el la movilización de los líquidos. Esta señal supone un desplazamiento de diferentes membranas, así como de las células ciliadas, Es en este estadio que la información deviene neuronal. Posteriormente, tras el paso por el área de Wernicke habrá una comprensión del mensaje emitido por el interlocutor (Rondal & Sheron, 1991; Love & Webb, 1994).
Entre los componentes cerebrales, según Damasio & Damasio (1992), algunos autores creen que el cerebro procesa el lenguaje por medio de tres grupos de estructuras que actúan influyéndose recíprocamente:
1.- Un amplio conjunto de sistemas neuronales que hay en los dos hemisferios representa las interacciones no lingüísticas entre el cuerpo y su entorno, mediadas por sistemas sensoriales y motores.
2.- Un número menor de sistemas neuronales localizados en el hemisferio izquierdo que representa los fonemas y las reglas sintácticas para combinar las palabras. Si se les ha estimulado desde el interior crean las formas verbales y generan frases que se han de decir o escribir. Si por el contrario, el estímulo proviene del exterior efectúan el procesamiento inicial de las señales del lenguaje auditivo o visual.
3.- Este grupo de sistemas situado en buena parte en el hemisferio izquierdo sirve de interconexión entre los dos anteriores. Puede tomar un concepto y estimular la producción de formas verbales o puede recibir palabras y hacer que el cerebro evoque los conceptos correspondientes.

Presupuesto de San Marcos sería recortado en S/.16 millones

Esta mañana un grupo de profesores y alumnos de la Universidad San Marcos (UNMSM) marcharon hasta el Congreso para pedir la restitución de una sede de 40.000 metros cuadrados ubicada en San Juan de Lurigancho que iba a ser destinada para construir otra universidad. Además, solicitan que no les recorten el presupuesto de su centro de estudios en 16 millones de soles.
Luego de una reunión entre el presidente del Parlamento, César Zumaeta y el rector de San Marcos, Pedro Cotillo, se llegó a un acuerdo para modificar la ley de creación de la Universidad de San Juan de Lurigancho y restituirle a la UNMSM todos sus derechos.
“Vamos a recuperar todo el local y todas las instalaciones que están funcionando ahí y que suman un monto de más de 30 millones”, declaró Cotillo a Canal N.
“Es un error que han cometido no solo con San Marcos sino también con otras universidades y por eso están tratándolo de corregir”, agregó
Respecto al recorte del presupuesto señaló que esta decisión quedará en manos de la siguiente legislatura. “Sin embargo, el presidente (del Congreso, César Zumaeta) ha mostrado su disposición para conversar con el ministro de Economía para que no se afecte nuestro presupuesto de este año ni del próximo”, indicó.
De llegar a perder este dinero, se afectarían los proyectos de investigación y adquisición de bienes y servicios para la universidad.
Fuente el comercio

    LA REFORMA UNIVERSITARIA

    IDEOLOGÍA Y REINVINDICACIONES


    El movimiento estudiantil que se inició con la lucha de los estudiantes de Córdoba, por la reforma de la Universidad, señala el nacimiento de la nueva generación latinoamericana. La inteligente compilación de documentos de la reforma universitaria en la América Latina realizada por Gabriel del Mazo, cumpliendo un encargo de la Federación Universitaria de Buenos Aires, ofrece una serie de testimonios fehacientes de la unidad espiritual de este movimiento (20). El proceso de la agitación universitaria en la Argentina, el Uruguay, Chile, Perú, etc., acusa el mismo origen y el mismo impulso. La chispa de la agitación es casi siempre un incidente secundario; pero la fuerza que la propaga y la dirige viene de ese estado de ánimo, de esa corriente de ideas que se designa -no sin riesgo de equívoco- con el nombre de "nuevo espíritu". Por esto, el anhelo de la reforma se presenta, con idénticos caracteres, en todas las universidades latinoamericanas. Los estudiantes de toda la América Latina, aunque movidos a la lucha por protestas peculiares de su propia vida, parecen hablar el mismo lenguaje.

    De igual modo, este movimiento se presenta íntimamente conectado con la recia marejada posbélica. Las esperanzas mesiánicas, los sentimientos revolucionarios, las pasiones místicas propias de la posguerra, repercutían particularmente en la juventud universitaria de Latinoamérica. El concepto difuso y urgente de que el mundo entraba en un ciclo nuevo, despertaba en los jóvenes la ambición de cumplir una función heroica y de realizar una obra histórica. Y, como es natural, en la constatación de todos los vicios y fallas del régimen económico social vigente, la voluntad y el anhelo de renovación encontraban poderosos estímulos. La crisis mundial invitaba a los pueblos latinoamericanos, con insólito apremio, a revisar y resolver sus problemas de organización y crecimiento. Lógicamente, la nueva generación sentía estos problemas con una intensidad y un apasionamiento que las anteriores generaciones no habían conocido. Y mientras la actitud de las pasadas generaciones, como correspondía al ritmo de su época, había sido evolucionista -a veces con un evolucionismo completamente pasivo- la actitud de la nueva generación era espontáneamente revolucionaria.

    La ideología del movimiento estudiantil careció, al principio, de homogeneidad y autonomía. Acusaba demasiado la influencia de la corriente wilsoniana. Las ilusiones demoliberales y pacifistas que la predicación de Wilson puso en boga en 1918-19 circulaban entre la juventud latinoamericana como buena moneda revolucionaria. Este fenómeno se explica perfectamente. También en Europa, no sólo las izquierdas burguesas sino los viejos partidos socialistas reformistas aceptaron como nuevas las ideas demoliberales elocuente y apostólicamente remozadas por el presidente norteamericano.

    Únicamente a través de la colaboración cada día más estrecha con los sindicatos obreros, de la experiencia del combate contra las fuerzas conserva-doras y de la crítica concreta de los intereses y principios en que se apoya el orden establecido, podían alcanzar las vanguardias universitarias una definida orientación ideológica.

    Este es el concepto de los más autorizados portavoces de la nueva generación estudiantil, al juzgar los orígenes y las consecuencias de la lucha por la Reforma. Todos convienen en que este movimiento, que apenas ha formulado su programa, dista mucho de proponerse objetivos exclusivamente universitarios y en que, por su estrecha y creciente relación con el avance de las clases trabajadoras y con el abatimiento de viejos privilegios económicos, no puede ser entendido sino como uno de los aspectos de una profunda renovación latino-americana. Así Palcos, aceptando íntegramente las últimas consecuencias de la lucha empeñada, sostiene que "mientras subsista el actual régimen social, la Reforma no podrá tocar las raíces recónditas del problema educacional". "Habrá llenado su objeto -agrega- si depura a las universidades de los malos profe-sores, que toman el cargo como un empleo burocratico; si permite -como sucede en otros países- que tengan acceso al profesorado todos los capaces de serlo, sin excluirlos por sus convicciones sociales, políticas o filosóficas; si neutraliza en parte, por lo menos, el chauvinismo y fomenta en los educandos el hábito de las investigaciones y el sentimiento de la propia responsabilidad. En el mejor de los casos, la Reforma rectamente entendida y aplicada, puede contribuir a evitar que la Universidad sea, como es en rigor en todos los países, como lo fue en la misma Rusia -país donde se daba, sin embargo, como en ninguna otra parte, una intelectualidad avanzada que en la hora de la acción saboteó escandalosamente a la revolución- una Bastilla de la reacción, esfor-zándose por ganar las alturas del siglo" (21).

    No coinciden rigurosamente -y esto es lógico-, las diversas interpretaciones del significado del movimiento. Pero, con excepción de las que proceden del sector reaccionario, interesado en limitar los alcances de la Reforma, localizándola en la universidad y la enseñanza, todas las que se inspiran sinceramente en sus verdaderos ideales, la definen como la afirmación del "espíritu nuevo", entendido como espíritu revolucionario.

    Desde sus puntos de vista filosóficos, Ripa Alberdi se inclinaba a considerar esta afirmación como una victoria del idealismo novecentista sobre el positivismo del siglo XIX. "El renacimiento del espíritu argentino -decía- se opera por virtud de las jóvenes generaciones, que al cruzar por los campos de la filosofía contemporánea han sentido aletear en su frente el ala de la libertad". Mas el propio Ripa Alberdi se daba cuenta de que el objeto de la reforma era capacitar a la Universidad para el cumplimiento de "esa función social que es la razón misma de su existencia" (22).

    Julio V. González, que ha reunido en dos volúmenes sus escritos de la campaña universitaria, arriba a conclusiones más precisas: "La Reforma Universitaria -escribe- acusa el aparecer de una nueva generación que llega desvinculada de la anterior, que trae sensibilidad distinta e ideales propios y una misión diversa para cumplir. No es aquella un hecho simple o aislado, si los hay; está vinculada en razón de causa a efecto con los últimos acontecimientos de que fuera teatro nuestro país, como consecuencia de los producidos en el mundo. Significaría incurrir en una apreciación errónea hasta lo absurdo, considerar a la Reforma Universitaria como un problema de aulas y, aún así, radicar toda su importancia en los efectos que pudiera surtir exclusivamente en los círculos de cultura. Error semejante llevaría sin remedio a una solución del problema que no consultaría la realidad en que él está planteado. Digámoslo claramente entonces: la Reforma Universitaria es parte de una cuestión que el desarrollo material y moral de nuestra sociedad ha impuesto a raíz de la crisis producida por la guerra" (23). González señala en seguida la guerra europea, la revolución rusa y el advenimiento del radicalismo al poder como los factores decisivos de la Reforma en la Argentina.

    José Luis Lanuza indica otro factor: la evolución de la clase media. La mayoría de los estudiantes pertenecen a esta clase en todas sus gradaciones. Y bien. Una de las consecuencias sociales y económicas de la guerra es la proletarización de la clase media. Lanuza sostiene la siguiente tesis: "Un movimiento colectivo estudiantil de tan vastas proyecciones sociales como la Reforma Universitaria no hubiera podido estallar antes de la guerra europea. Se sentía la necesidad de renovar los métodos de estudio y se ponía de manifiesto el atraso de la Universidad respecto a las corrientes contemporáneas del pensamiento universal desde la época de Alberdi, en la que empieza a desarrollarse nuestra industria embrionaria. Pero entonces la clase media universitaria se mantenía tranquila con sus títulos de privilegio. Desgraciadamente para ella, esta holgura disminuye a medida que crece la gran industria, se acelera la diferenciación de las clases y sobreviene la proletarización de los intelectuales. Los maestros, los periodistas y empleados de comercio se organizan gremialmente. Los estudiantes no podían escapar al movimiento general" (24).

    Mariano Hurtado de Mendoza coincide sustancialmente, con las observaciones de Lanuza. "La Reforma Universitaria -escribe-, es antes que nada y por sobre todo, un fenómeno social que resulta de otro más general y extenso, producido a consecuencia del grado de desarrollo económico de nuestra sociedad. Fuera entonces error estudiarla únicamente bajo la faz universitaria, como problema de renovación del gobierno de la Universidad, o bajo la faz pedagógica, como ensayo de aplicación de nuevos métodos de investigación en la adquisición de la cultura. Incurriríamos también en error si la consideráramos, como el resultado exclusivo de una corriente de ideas nuevas provocadas por la gran guerra y por la revolución rusa, o como la obra de la nueva generación que aparece y llega desvinculada de la anterior, que trae sensibilidad distinta e ideales propios y una misión diversa por cumplir". Y, precisando su concepto, agrega más adelante: "La Reforma Universitaria no es más que una consecuencia del fenómeno general de proletarización de la clase media que forzosamente ocurre cuando una sociedad capitalista llega a determinadas condiciones de su desarrollo económico. Significa esto que en nuestra sociedad se está produciendo el fenómeno de proletarización de la clase media y que la Universidad, poblada en su casi totalidad por ésta, ha sido la primera en sufrir sus efectos, porque era el tipo ideal de institución capitalista" (25).

    Es, en todo caso, un hecho uniformemente observado la formación, al calor de la Reforma, de núcleos de estudiantes que, en estrecha solidaridad con el proletariado, se han entregado a la difusión de avanzadas ideas sociales y al estudio de las teorías marxistas. El surgimiento de las universidades populares, concebidas con un criterio bien diverso del que inspiraba en otros tiempos tímidos tanteos de extensión universitaria, se ha efectuado en toda la América Latina en visible concomitancia con el movimiento estudiantil. De la Universidad han salido, en todos los países latinoamericanos, grupos de estudiosos de economía y sociología que han puesto sus conocimientos al servicio del proletariado, dotando a éste, en algunos países, de una dirección intelectual de que antes había generalmente carecido. Finalmente, los propagandistas y fautores más entusiastas de la unidad política de la América Latina son, en gran parte, los antiguos líderes de la Reforma Universitaria que conservan así su vinculación continental, otro de los signos de la realidad de la "nueva generación".

    Cuando se confronta este fenómeno con el de las universidades de la China y del Japón, se comprueba su rigurosa justificación histórica. En el Japón, la Universidad ha sido la primera cátedra de socialismo. En la China, por razones obvias, ha tenido una función todavía más activa en la formación de una nueva conciencia nacional. Los estudiantes chinos componen la vanguardia del movimiento nacionalista revolucionario que, dando a la inmensa nación asiática una nueva alma y una nueva organización, le asigna una influencia considerable en los destinos del mundo. En este punto se muestran concordes los observadores occidentales de más reconocida autoridad intelectual.

    Pero no me propongo aquí, el estudio de todas las consecuencias y rela-ciones de la Reforma Universitaria con los grandes problemas de la evolución política de la América Latina. Constatada la solidaridad del movimiento estudiantil con el movimiento histórico general de estos pueblos, tratemos de examinar y definir sus rasgos propios y específicos.

    ¿Cuáles son las proposiciones o postulados fundamentales de la Reforma?

    El Congreso Internacional de Estudiantes de México de 1921 propugnó: 1º la participación de los estudiantes en el gobierno de las universidades; 2º la implantación de la docencia libre y la asistencia libre. Los estudiantes de Chile declararon su adhesión a los siguientes principios: 1º autonomía de la Universidad, entendida como institución de los alumnos, profesores y diplomados; 2º reforma del sistema docente, mediante el establecimiento de la docencia libre y, por consiguiente, de la asistencia libre de los alumnos a las cátedras, de suerte que en caso de enseñar dos maestros una misma materia la preferencia del alumnado consagre libremente la excelencia del mejor; 3º revisión de los métodos y del contenido de los estudios; y 4º extensión universitaria, actuada como medio de vinculación efectiva de la Universidad con la vida social. Los estudiantes de Cuba concretaron en 1923 sus reivindicaciones en esta fórmula: a) una verdadera democracia universitaria; b) una verdadera renovación pedagógica y científica; c) una verdadera popularización de la enseñanza. Los estudiantes de Colombia reclamaron, en su programa de 1924, la organización de la Universidad sobre bases de independencia, de participación de los estudiantes en su gobierno y de nuevos métodos de trabajo. "Que al lado de la cátedra -dice ese programa-funcione el seminario, se abran cursos especiales, se creen revistas. Que al lado del maestro titular haya profesores agregados y que la carrera del magisterio exista sobre bases que aseguren su porvenir y den acceso a cuantos sean dignos de tener una silla en la Universidad". Los estudiantes de vanguardia de la Universidad de Lima, leales a los principios proclamados en 19l9 y 1923, sostuvieron en 1926 las siguientes plataformas: defensa de la autonomía de las universidades; participación de los estudiantes en la dirección y orientación de sus respectivas universidades o escuelas especiales; derecho de voto por los estudiantes en la elección de rectores de las universidades; renovación de los métodos pedagógicos; voto de honor de los estudiantes en la provisión de las cátedras; incorporación a la universidad de los valores extrauniversitarios; socialización de la cultura: universidades populares, etc. Los principios sostenidos por los estudiantes argentinos son, probablemente, más conocidos, por su extensa influencia en el movimiento estudiantil de América desde su primera enunciación en la Universidad de Córdoba. Prácticamente, además, son a grandes rasgos los mismos que proclaman los estudiantes de las demás universidades latinoamericanas.

    Resulta de esta rápida revisión que como postulados cardinales de la Reforma Universitaria puede considerarse: primero, la intervención de los alumnos en el gobierno de las universidades y segundo, el funcionamiento de cátedras libres, al lado de las oficiales, con idénticos derechos, a cargo de enseñantes de acreditada capacidad en la materia.

    El sentido y el origen de estas dos reivindicaciones nos ayudan a esclarecer la significación de la Reforma

    SAN MARCOS- HISTORIA

    La Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Decana de América, fundada el 12 de mayo de 1551, fue el inicio de la historia universitaria del continente. Los dominicos en sus conventos del Cusco, principal ciudad peruana en el siglo XVI, y de Lima, estudiaban Artes y Teología para ejercitar a los antiguos miembros y preparar a los novicios de la Orden.
    El incremento de los estudios superiores determinó que, en el capítulo del célebre convento cusqueño (01/07/1548), Fray Tomás de San Martín solicitase fundar una universidad o Estudio General en Lima o también llamada Ciudad de los Reyes.
    La iniciativa eclesiástica fue acogida y recibió un poderoso impulso laico del cabildo limeño. Se nombraron dos procesadores, civil y eclesiástico, los que al término de una feliz gestión determinaron la fundación de la Universidad.
    Esta fue hecha por Real Cédula firmada por el rey Carlos V en la ciudad de Valladolid, el 12 de mayo de 1551, y llevó por nombre Universidad de Lima. Es a partir de 1574 que toma el de Universidad de San Marcos.
    La Universidad inició funciones el 2 de enero de 1553 en la sala capitular del Convento del Rosario de la Orden de los Dominicos, con la concurrencia de la Real Audiencia presidida por el licenciado Andrés Cianca y el enviado de la Corona D. Cosme Carrillo, primer miembro laico del cuerpo docente.
    Durante la época virreinal las Facultades fueron cinco. En el período republicano, hasta 1969 llegaron a diez. Al inaugurarse los estudios de la Universidad sus asignaturas iniciales correspondían a las Facultades de Teología y Arte.
    Con la incorporación de graduados en Derecho aparece la Facultad de Cánones. Luego se crea la Facultad de Leyes. La Facultad de Medicina funcionó en el siglo XVII. Con el Reglamento de Instrucción Pública de 1850 surgen dos Facultades efímeras: Matemáticas y Ciencias Naturales, las cuales fueron unificadas en 1862 bajo el nombre de Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas, y posteriormente en 1876 toma el nombre de Facultad de Ciencias.
    En este año también se crea la Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales. Es así que en el siglo XIX, San Marcos tenía seis Facultades: Teología, Letras, Derecho, Medicina, Ciencias Políticas y Administrativas, y la Facultad de Ciencias.
    En el siglo XX fueron organizadas cinco nuevas Facultades, cuatro en el área de Ciencias: Farmacia y Bioquímica, Odontología, Medicina Veterinaria, Química y Educación en el área de Humanidades. La de Teología adquirió un régimen distinto en 1935 y dejó de formar parte de San Marcos. En consecuencia, en 1969 solo existían tres Facultades que procedían de la época colonial: Letras y Ciencias Humanas (antes Facultad de Artes), Derecho (Leyes y Cánones) y Medicina.
    A partir del siglo XX, con la especialización del conocimiento, muchas carreras se independizaron y motivaron la creación de diversas Facultades, al punto que actualmente la Decana de América cuenta con 60 carreras (correspondientes a cinco áreas académicas) distribuidas en 20 Facultades.

    La comunicación didáctica

    Abordar el tema de didáctica es hablar de comunicación entre sujetos que participan en una misma situación comunicativa: el aula, que aparece vista así como escenario comunicativo. Para hacer del aula un espacio comunicativo debemos revisar no sólo las programaciones sino también el propio discurso docente, La comunicación como posibilitadora de acciones de enseñanza y acciones de aprendizaje, forma parte del campo de la didáctica y es importante reconstruir algunas interpretaciones, que desde diferentes líneas de pensamiento discurren en estas formas conceptuales
    En la relación pedagógica el conocimiento se construye a partir de la negociación cultural. La interacción de saberes en el aula, permite que cada interlocutor sea sujeto de su proceso por tal razón la relación profesor-alumno refleja redes de comprensión entre todos los elementos de la estructura educativa incluidas las necesidades de los estudiantes. La coexistencia de dos culturas: la académica y la social modela la relación pedagógica, en tanto que puede ser a la vez opuesta y convergente. Esta tregua intercultural muestra la dinámica formal del mundo educativo.
    Ahora, pensar en la educación significa cambiar la mirada sobre ella y ser capaz de redefinir la cultura en el marco de un cambio que comienza a utilizar con mucha fuerza otras tecnologías intelectuales para la información, producción y conservación de los conocimientos. Este cambio afecta los modos de intervención en la sociedad y de socialización, los imaginarios colectivos y la reorganización de los procesos de pensamiento. Para afrontar este hecho, la escuela requiere de una “cultura comunicativa” de la cual hagan parte las nuevas formas comunicacionales de la época y en la que se reconozcan otros espacios educativos diferentes al salón de clases.
    La comunicación didáctica en el aula se caracteriza por una relación terapéutica entre docente y estudiante constituyendo un auténtica encuentro entre seres humanos que luchan por la misma causa: la optimización de los aprendizajes. Si la relación es adecuada, el trabajo del docente es realizado más eficientemente y las situaciones son desarrolladas favorablemente.
    La comunicación didáctica en el aula, a través de una adecuada modulación de la voz, un buen control visual y apropiados movimientos y expresión corporal, las probabilidades de éxito en el proceso de son muchos mayores por cuanto se genera una zona de coincidencia con los estudiantes y, contrariamente si el docente no es clínico o didáctico en la comunicación se aleja el éxito del proceso.